Se encuentra en la localidad de Los Molles y es un destino como un cuento de Hadas.
Como extraído de un cuento de hadas, duendes y hechicería: escenario pintado en escala de escarlatas, la magia que despiertan los Bosques del Champaquí, el pie del imponente cerro homónimo, es lo más parecido a lo que inspira una comarca de ensueño.
Ingresando por la abrupta ladera oeste –por el Valle de Traslasierras–, a unos cuantos kilómetros de haber cruzado el vistoso pueblo, el viaje sigue curso hacia el este con dirección a Los Molles.
El sendero, rodeado de un lugar completamente virgen y salvaje, finaliza en la «reserva natural Hueco Verde», un inmenso bosque de tabaquillos y maitenes (característica especie de la región patagónica), considerado como uno de los sitios boscosos más añejos de Córdoba.
Hasta las frondosas quebradas de la reserva, el trekking –estimado en dos días– se lleva a cabo por etapas. En el primer día, caminamos por senderos enclavados en medio del monte autóctono. Después de un par de kilómetros, el paisaje cambia abruptamente: una tranquera y un túnel de árboles “barbados” se llevan todas las miradas. Al atravesarlo, con un poco de equilibrio, cruzamos un turbulento arroyo que nos abrirá paso a una extraña, pero hermosa y mágica “casa de brujas”: el escondido y fabuloso refugio Vaikunta, ideal para descansar y contemplar las bellas instalaciones de la casa de brujas.
https://www.instagram.com/refugio_vaikuntha/
Vaikuntha recibe con tres ranchos antiguos de adobe y rocas.
El agua pura de la vertiente, la flora y fauna autóctona, huerta y llamas.
Base ideal para salir a hacer caminatas hacia los bosques de tabaquillos, el Hueco, o el cerro Champaqui.
Ollas panzonas, bañadas de tizne, cocina a leña y platos tallados de troncos serán presagio de un famoso guiso de montaña. Quizás un fogón y algunas estrellas fugaces completarán la historia de un día de senderismo inolvidable.
Inauguramos el segundo día de marcha costeando el mismo arroyo y desafiando una de las cuestas más empinadas de la provincia: los 2400 metros de altura del Cerro Champaquí, gran balcón natural que ofrece majestuosas vistas hacia Villa de Las Rosas, Villa Dolores y parte de San Luis. El final del camino nos ubica entre cajones gigantes de roca, entre el canto de los colibríes, los saltos danzantes de agua entre las piedras, y el aroma a musgos y helechos, que le dan un arquetipo de belleza único a este flamante bosque de tabaquillos y maitenes.
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