Con un corto viaje de 115 kilómetros desde Santiago de Chile se arriba a uno de los destinos más deseados: Valparaiso, la ciudad encantada que echa raíces en el Pacífico y se eleva sus ramas en altura de cerros coloridos.
Por momentos su mar desaforado rompe olas en las playas quietas y por instantes sus aguas se retiran para volver con círculos celestes sobre arenas que se roban a sí mismas entre rastros de cangrejos y lobos marinos con sus crías demandantes o para traer pelícanos en pares y gaviotas hambrientas.
Ciudad encendida, torrencial, relajada en su bahía, trepando las colinas. Con la vista ancha hacia el mar del abajo el poeta Pablo Neruda quiso en ella buscar una casa para vivir y escribir con tranquilidad. Así en el año 1959 se lo había transmitido en una carta a su amiga Sara Vial:
«Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojala invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Crees que podré encontrar una casa así en Valparaíso?».
Fue Sara Vial quien le presentaría posteriormente una edificación abandonada con una arquitectura particular. La casa solo contaba con la obra gruesa, se caracterizaba por sus cuatro pisos, múltiples escaleras, subterráneo y torreón.
Dado el gran tamaño del inmueble el poeta adquirió la propiedad junto al matrimonio de la escultora Marie Martner y el doctor Francisco Velasco. Ellos quedaron con el subterráneo, el patio y los dos primeros pisos, en tanto que Neruda con tercer y cuarto además de la torre.
En 1961 Pablo Neruda terminó de construir y adornar su nueva casa, que inauguró el 18 de septiembre de ese año con el nombre de “La Sebastiana”, que rendía honor al propietario anterior.
Fue el poeta quien propuso muchos de los diseños que incorporaron escaleras, puertas, ventanas, claraboyas, que volvieron a la casa diferente con detalles únicos, por lo que goza de un enorme valor cultural.
Tras la muerte de Neruda en 1973, “La Sebastiana” padeció saqueos y estuvo abandonado hasta 1991, año en que fue restaurada con todas sus características originales y gran cantidad de objetos que habían sido utilizados por el poeta.
Tiempo después y adquiriendo de la parte de la familia Velazco-Martner, “La Sebastiana” se transformó en casa museo. Fue declarada Monumento Nacional en el año 2011.
Administrado por la Fundación Pablo Neruda, el espacio cultural es uno de los lugares más visitados de nuestro país. Por sus inigualables características fue declarada Monumento Nacional el año 2011.
Las tres casas
Decir Neruda es nombrar Chile y América latina y las que fueron sus residencias en el país cordillerano son tres inolvidables atractivos turísticos: “La Casa de Isla Negra”; “La Chascona” en Santiago de Chile y “La Sebastiana” en Valparaíso.
Visitas Casa-Museo La Sebastiana
Horario de Atención
- Marzo a diciembre: martes a domingo de 10 a 18 hrs.
- Enero y febrero: martes a domingo de 10 a 19 hrs.
- Lunes cerrado.
Entradas
- General: $ 7.000 (Siete mil pesos) por persona.
- Preferencial: $ 2.500 para estudiantes y chilenos mayores de 60 años.
*Los estudiantes extranjeros deben presentar Credencial Estudiantil Internacional.
- Solo las visitas de colegios deben reservar con anticipación. (Estudiantes mayores a 9 años)
Ubicación:
Ferrari 692, Valparaíso.
Fonos: +56-32-225 6606 / +56-32-223 3759
info@fundacionneruda.org
Deja una respuesta