Ubicado en la región Norte de Pampa de Achala, las playas son uno de los sectores más desconocidos de este río cordobés.
«Las cuchillas» y «El santuario», son dos propuestas para recorrer los senderos de la provincia.
Formado por impresionantes cumbres macizas, las Sierras Grandes de Córdoba son una de las maravillas cordobesas más imponentes.
Durante millones de años, el viento azotó con fuertes correntadas los cerros de esta zona, provocando erosiones con aspecto de laberintos rocosos.
En esa disparidad de paisajes que Córdoba atesora y que nunca deja de sorprender, uno de los tramos del largo río Yuspe tiene una particularidad muy especial: un bucólico caudal subterráneo y playas de arena blanca.
Este encajonamiento de pequeños arroyos, costean al caudal con fuerza hasta que el desnivel del terreno genera los abruptos saltos de agua que se imponen en el paisaje. Es el gran cajón del río Yuspe, jalonado de cascadas de agua, trechos encajonados y cuevas que forman un tramo subterráneo.
Al iniciar la aventura, la orilla del río queda fuera del rango visual cuando el sendero empieza a desaparecer mientras la corriente se encajona estrechamente. Desde esta ubicación se pueden apreciar fantásticas formaciones macizas.
El caudal baja lentamente de las cimas serranas y en el descenso se generan grandes saltos de agua.
Después de pasar por un portal de roca que enmarca el río, se abre paso una inmaculada y bellísima playa de arena. Río abajo aparecen hoyas de piedra de distintos tamaños: la más asombrosa es en forma de “L”, seguida de un piletón largo y profundo.
Si caminamos por un tramo en ascenso que nos aleja del costado del río, llegamos a la zona de “Las Cuchillas”. Durante la travesía encontramos unas inmensas tajaduras en la roca, con separaciones perfectas y paralelas que forman canaletas para las cascadas que desembocan en el río.
Bajando cómodamente por un sendero más visible, llegamos al recodo donde se encuentra “El santuario”, playita de arena, curva en “L” del río, es un cajón de piedra muy especial, que se esconde detrás de un enorme mimbre. El rincón se completa con una pared forrada de helechos: ambiente selvático que nos recuerda a los cenotes de la Península de Yucatán.
El río ofrece otras posibilidades para realizar trekking. Una de las tantas opciones es ir río abajo en busca de hermosas cascadas, hasta llegar a la “Hoya Techada”: una gran bóveda que protege una hoya bastante profunda.
A tener en cuenta
Transitar por ríos subterráneos es una experiencia inolvidable, pero también una actividad de alto riesgo. Se recomienda realizar este tipo de recorridos con la presencia de guías de turismo alternativo habilitados para tal fin.
Fuente: Agencia Córdoba Turismo
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